viernes, 12 de febrero de 2016

3am

Eran las 3 am, entonces sentí mi teléfono vibrar, era una llamada desde número el cual no tenía registrado, pero este no era desconocido para mí, era él. La ansiedad habitó mi cuerpo, y sentí demasiado miedo, entonces tomé el teléfono y contesté... Era su voz, aquella grave voz, estaba susurrando palabras en mi oído, pero no como solía hacerlo anteriormente, recuerdo que hablaba tan bajo que casi adivinaba lo que decía... “hola, lamento estar llamando, lamento la hora, lamento buscarte ahora, lamento no haberlo hecho antes, lamento hacerte llorar, lamento ser un cretino, lamento no amarte como debería y no hay nada que no lamente más que no sea el haber roto tu corazón... Te amo, pero tal vez nunca va a ser suficiente para ti, sé que mereces algo mejor, y yo no puedo darte eso, no puedo siquiera tener control sobre las cosas que hago, espero estés bien, desearía abrazarte ahora mismo, pero supongo es muy tarde, y el frío esta consumiendo cada parte de mi...” y justo en el instante en el que iba a hablar, la llamada terminó, pensé en llamarlo de vuelta, pedirle una explicación, preguntarle por qué hacía esto ahora... Pero lo había dicho todo con su llamada. Siempre lo vi como un huracán, él sabía lo que causaba en mí, sabía cuanto le necesitaba, sabía que no me importaba amarle más de lo que debía hacerlo inclusive si eso estaba erróneo, sabía lo que pensaba acerca de quien podría hacerme feliz y quien no y él lograba llenarme de felicidad, inclusive cuando estábamos mal, él era todo lo que yo quería tener. Sentí furia y mi cuerpo ardía, rompí en llanto, ¿quién le daba el derecho de elegir a quien me merece?, ¿qué le hacía pensar que el amor que me entregaba no era suficiente para mi?, inclusive aún cuando decía amarme más, yo sabía que lo amaba más, y eso no me afectaba... Él huyó de mi, y entiendo que lo haya hecho, entiendo que tal vez fue lo mejor para ambos, pero, ¿por qué llamar ahora cuando el panorama gris empieza a aclararse? ¿se trata de una maldita broma acaso? No, no le puedo perdonar del todo tanto daño provocado, y no puedo dejar de amarlo, no puedo no pensar en él cuando visito los sitios que concurríamos, no puedo detener mi llanto, y no puedo llamarlo y decirle cuanto lo odio y lo amo...

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