miércoles, 27 de enero de 2016

Diciembre 22

22 de diciembre y estoy hablando de ti, conmigo. Estoy agotado de tenerte viviendo en mi mente, estas siempre allí, hablando conmigo, el sonido de tu voz esta intacto en mi cerebro, en mis oídos, ¿por qué estás acá conmigo?, ya no necesito una respuesta, pero, quisiera decirte que ya no puedo estar acá, contigo, tan cerca, debo marcharme, dejarte ir y por favor, no puedes seguirme, deja que tu recuerdo se quede acá, contigo, porque ya no te amo, e inclusive ahora ya no me siento a salvo en tu brazos, aquellos que solían protegerme más que cualquier otra cosa y calentar mi cuerpo cuando la tempestad atacaba. No puedo amarte ahora cuando todo es gris y sólo haces daño, y no puedo remediarte, no puedo siquiera intentarlo, porque luché lo que pude, pero el amor se fue, así como se marchan las nubes anaranjadas de los atardeceres que tanto disfrutábamos observar mientras mi cabeza reposaba en tu pecho, oyendo la hermosa melodía del latido de tu corazón. Prometí no dejarte, sé que lo hice en varias ocasiones, inclusive recuerdo la primera vez que lo dije, en casa de tu mejor amiga, no quería algo efímero, no contigo, sólo me bastaba con pasar todos mis días observando tu pálido, perfecto y joven rostro. No quiero preguntarme o preguntarte que ocurrió, porque no estoy en búsqueda de un culpable, y ni siquiera estoy del todo listo para marcharme, porque después de todo el daño, eres quien más importa para mi, incluso ahora que no te amo como solía hacerlo. Espero que estés bien, realmente voy a esperar que lo estés, y lamento irme, pero no puedo seguir rompiendo mi corazón por ti.

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