Te pienso, mucho en realidad, más de lo que quisiera, pienso en tu cuerpo ¡que hermosa silueta compañero!, yo no podía evitar detenerme, y sólo quería verte desnudo, como deberías estar todo el tiempo. Mordías mi espalda tan fuerte y tuve que morder tu mano, que estúpida discusión, que de aquellos intentos fallidos míos de ganarte en una batalla, estabas lleno de fuerza, tan vivaz. Que lindo verte hacer pucheros, que lindo despertarte a besos, que lindo enlazar mis piernas con las tuyas, que lindo tu poder de hacerme dormir, de olvidar de no podía hacerlo estando solo, que lindo el despertar después y verte preparando el desayuno, que lindo escucharte hablar, sonreír y llorar, que lindo que te detuvieras para mirarme a los ojos, para intimidarme y hacerme cubrir el rostro, que lindo refugiarme en tu cálido pecho cuando tenía frío, que lindo fue culparte de seducirme cuando yo era el culpable de terminar teniendo sexo, que lindo el escuchar de ti “cuan sexy eres", que lindo el escucharte quejar y el oírte agradecer, que lindo el esperarte una hora de más y el molestarme por ello, que lindo salir sin planes y que sucediera algo impresionante, que lindo que sostuvieras mis libros de la universidad, y que me presentaras a tus amigos, que lindo que me llevaras a lugares nuevos y que me consintieras, que lindo entrar por primera vez, y que triste recordar la última vez que salí de aquel cómodo lugar, que lindo el tiempo largo, que triste el tiempo corto, ¿qué fue lo nuestro?, ¿fue amor corto?, y si lo fue, ¡que lindo y triste amor!
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