sábado, 9 de enero de 2016
Días grises de octubre.
Eran las 3:27, hacía frío, había transcurrido una semana gris en el mes de octubre, muy tranquila, después de todo. Como de costumbre, mi cuerpo se encontraba echado en la cama, pero mi mente estaba a kilómetros, rebuscando recuerdos, imaginando su silueta, también escuchaba el más reciente álbum de Lana Del Rey, Honeymoon. Recuerdo que con el parpadeo de mis ojos se entre cortaba la imagen de su rostro, de aquellos imperfectos dientes que para mi eran perfectos, de sus pómulos rosados, de aquellos labios que eran uno de mis lugares favoritos, y que decir de aquellos ojos color miel. Podría afirmar que es lo más cerca que he estado de hacer un truco de magia, bastaba con parpadear para tenerle al frente, y podía observarle el tiempo que quisiera, ya no sentía vergüenza, porque realmente no estábamos haciendo contacto visual, todo era fantasioso, una ilusión. Recuerdo aquel escalofrío que recorrió mi cuerpo y la nostalgia que le acompañaba, lo único que deseaba era desaparecer, anhelaba olvidar, formatear mis recuerdos, sentía miedo, y el miedo era mi único compañero aquella noche, el miedo y aquella luna plateada que alumbraba la oscuridad profunda. Recuerdo parpadear, estaba agotado porque poco a poco me estaba despidiendo de dormir por al menos 4 horas seguidas, así hice un acuerdo conmigo y mantuve mis ojos cerrados, en esos minutos solo hubo oscuridad y su silueta desaparecía levemente mientras se reproducía Terrence Loves You de Lana Del Rey desde mi teléfono, hubo un silencio profundo y en él se sumergió mi alma.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario