lunes, 21 de diciembre de 2015

“Y sí seguimos o nos separamos, ¿por qué tenemos que elegirlo hoy?” Mi mundo se estaba cayendo y una cuerda dorada era lo único que le sostenía, era dorada como su cabello rizo, dorada como los últimos rayos de la luz del sol a las 18:15 hrs, dorada como el brazalete que le obsequió su madre y que pertenecía a su abuelo. Su voz era nostálgica y sus palabras se entre cortaban. Su pregunta me dio una vaga esperanza, el pecho me ardía, mi vista estaba cansada y se me dificultaba parpadear, quería dormir, apagar todo pensamiento que le incluyera y es que en ese instante todo le incluía y todo hacía daño, e inclusive durmiendo, sabía que su pregunta visitaría mis sueños y ellos se convertirían pesadillas. Logré mirar a sus ojos, su mirada estaba perdida y podía apreciar sus ojeras, las cuales yo amaba. No supe que responder, así que esperé unos minutos, minutos que se convertían en siglos. ¿Por qué hacer la elección hoy y no mañana?, y sí no elegíamos hoy ¿entonces cuándo?, ¿y qué si nunca hacíamos una elección?, evidentemente esto se trataba de darnos un tiempo, yo no soy muy paciente, pero no dudé en aceptar y es que valía la espera, ¿y cómo no?, si compartimos tantas noches en su habitación, éramos 2 siluetas que se observaban y se conocían por medio de la vista y el contacto, no existía vergüenza alguna, ¿y por qué sentir vergüenza?, se trataba de mi primer amor y tal vez de mi único amor. Me encontraba muy confundido, sabía que era quien más me importaba, pero ¿qué éramos a las 18:00 hrs?, ¿qué empezamos a ser después de su pregunta a las 18:15 hrs?, tan simple, pero tan importante pregunta, mi cerebro se trasladó a una laguna de preguntas y recuerdos, le pedí que me observara, pude sentir la humedad de la lágrima que descendía por mi mejillas izquierda, le comenté que le amaba demasiado, que era increíble cuanto lo hacía, que era tanto que quemaba, ardía, que hacía daño, también que amarle como yo le amaba era lo único que me mantenía sano y salvo... Los adictos consumen drogas, los enfermos de cáncer se someten a quimioterapias, los religiosos creen que dioses posiblemente inexistentes y yo estoy dispuesto a esperarle un vida entera. Finalmente limpie sus suaves mejillas, besé su frente y después sus labios rosados, le abracé como si fuese la última vez que lo haría y escuché como susurraba en mi oído que me amaba de vuelta, luego se desvaneció como el humo de un cigarrillo.

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